El cambio es algo natural en la vida, al igual que la resistencia que mostramos las personas a tener que cambiar, andamos buscando siempre volver al equilibrio. Cada vez estamos más acostumbrados a los cambios que se producen en el ámbito laboral, ya sea por que buscamos una mejora o porque nos “obligan a cambiar”: despidos, cambios de métodos de trabajo, actualización de herramientas, nuevos procedimientos o legislaciones, etc.
Como personas reaccionamos ante estas situaciones de maneras diferentes, aunque principalmente de estas dos formas:
- Como un desafío. En esta caso valoramos la situación como superable si movilizamos las fuerzas necesarias. Es un reto y se activa el sistema de neurotransmisores de dopamina que resulta activador y motivador para la persona. Nos mueve a la acción buscando una superación, nos sentimos estimulados.
- Como una amenaza. Valoramos la situación como provocadora de daños o pérdidas. Detectamos un peligro que nos activa el sistema de defensa ante el miedo, aumentando los niveles de cortisol. Actuamos buscando el control, la seguridad, la huida o el ataque, sentimos inseguridad, ansiedad, enfado, aislamiento o desbordamiento.
También puede darse las dos formas a la vez, por ejemplo, un ascenso de categoría laboral puede ser juzgado como productor de ganancias en conocimientos y destrezas, además de una mejora económica; pero, al tiempo, implica el temor de no ejecutar las funciones del nuevo puesto lo suficientemente bien.
Cuando juzgamos la situación como amenaza surgen inevitablemente la resistencia, y que se puede convertir en algo mayor si no sabemos canalizarla adecuadamente. Para ello, estaría bien entender qué tipos de resistencias tenemos o tienen los demás ante un cambio, por ejemplo una propuesta de tu jefe, una petición de tu compañero, presentarte a una oferta de trabajo…. No es una característica de la persona, sino de cómo se maneja en esta situación.
Invito a que cada persona observe en la próxima ocasión, y que se identifique alguna de estas formas de resistencias a través de estos ejemplos:
- Entiendo y sé lo que tengo que hacer para actuar bien en una entrevista de trabajo, y estoy motivado, pero cuando estoy ahí, hay como un bloqueo que no me deja.
- Me quejo (o se quejan) cuando hay que aplicar una forma nueva de realizar una tarea, descalifico y doy escusas.
- No me quejo, pero tampoco lo hago, es decir, simplemente sigo haciendo lo mismo.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA SALVAR ESTAS RESISTENCIAS Y CONVERTIRLAS EN MOTIVADORAS?
Cada una de estas resistencias tendría unas tácticas más efectivas que otras para superarlas, y que se pueden trabajar en las sesiones de coaching, pero voy a exponer unas líneas generales que nos pueden servir para actuar sobre ellas o incluso prevenirlas:
- TENER INFORMACIÓN. Me informo y pregunto sobre lo la nueva situación: qué habrá que hacer, cómo, qué alternativas hay, etc.
- ENTENDER LA SITUACIÓN DESDE DIFERENTES PUNTOS DE VISTA. Por ejemplo, poniéndonos en el lugar de la otra persona, o conocer cómo ha actuado otras personas en una situación similar, o yo mismo en otras ocasiones.
- Practicar la FLEXIBILIDAD y DEJARSE LLEVAR. Cuanto más queramos controlar, aumentará nuestra resistencia.
- DARSE PERMISO PARA EQUIVOCARSE. Ante un cambio vamos tener un tiempo de adaptación y de experimentación en el que la equivocación seguro estará presente. Nos tranquilizará darle normalidad a esta circunstancia. (Llevar «la L» )
- DAR PEQUEÑOS PASOS. Empezar por algo que sepa hacer y lo vea posible para mi y poco a poco probar otras formas.
- PEDIR AYUDA. Siempre necesitamos de los demás para conseguir las cosas, así que pidamos o expresemos lo que necesitemos.
- ENTRENAMIENTO, PRÁCTICA. Conforme vamos haciendo vamos aumentando nuestra sensación de capacidad (Hasta que nos podamos quitar «la L»).
- ACEPTACIÓN. Hay situaciones que son de Si o Si, y al final no nos queda otra que asimilar la variabilidad de la vida, de esta forma aumentaremos la probabilidad de encontrar lo bueno este cambio, las ventajas o el aprendizaje que voy a sacar de todo ello.
Cuando no somos capaces ya de cambiar una situación, nos enfrentamos al reto de cambiar nosotros mismos. Viktor Frankl (1905-1997) Psiquiatra y psicoterapeuta austriaco.
Aquí estoy hablando de este tema en el el programa Àgora de RadioAlcoy-Cadena Ser