Los profesionales de la orientación profesional muchas veces escuchamos la expresión “es que soy mayor”, “es que no me quieren por la edad” por parte de las personas que buscan trabajo. Esta información es una realidad dentro del mercado, pero a la vez puede convertirse en una limitación que nos ponemos a nosotros mismos. Tendremos en cuenta que la “edad” en sí misma no es el “problema”, sino que esta circunstancia se junta con otros factores que rodean a esa persona y por supuesto de los condicionantes del mercado laboral.
En la orientación actuamos desde la persona ¿qué puedo hacer yo para salvar este inconveniente? Siendo conscientes de que el mercado muchas veces influye en que una persona “mayor” no pueda acceder al trabajo, que no conformistas, debemos actuar en consecuencia. Además hay personas que siguen teniendo trabajo o lo encuentran a pesar de ser mayores, la cuestión es ¿qué hacen estas personas para seguir teniendo un trabajo o para encontrarlo a pesar de ir cumpliendo años?
Casos reales que he escuchado últimamente:
- Una persona de 55 años con su planificación para llegar a la jubilación, su búsqueda de trabajo durante un tiempo reciente a quedarse en desempleo, se le anima valorando sus capacidades y habilidades personales. Con actitud relajada ante la búsqueda, se activa de nuevo y le sale trabajo relacionado con su ocupación anterior. Claves: autoestima y serenidad.
- Una persona de 54 años siempre trabajando en un sector, mientras trabaja, se da cuenta que quiere probar un cambio hacia otro sector, se forma en ello compatibilizando el trabajo y los estudios. Por motivos familiares, cambia de residencia y le salen oportunidades en ambos sectores. Claves: apertura al riesgo, adaptabilidad e iniciativa.
- Una persona de alrededor de los 55 años también trabajadora durante 30 años en un mismo sector, finaliza su relación laboral por cierre de empresa y comienza poco a poco una preparación en otro sector de atención a dependencia sacando provecho a sus cualidades personales y poco a poco va teniendo su hueco con sustituciones. Claves: persistencia y aprovechamiento de fortalezas.
Estos casos conocemos todos a alguien. Es bueno admirar con humildad las estrategias que utilizan y aprender de ellas para aplicarlas nosotros mismos, si es nuestra situación o anticiparse a esta situación.
En los talleres que realizamos se plantean estas circunstancias, y lo tratamos no sólo como algo que le ocurre a una persona a partir de una edad, sino que un joven o no tan joven debe ir anticipando y sabiendo que le puede llegar. ¿Qué hacer para seguir estando en el mercado tengamos la edad que tengamos?
→Información. Estar al día de las tendencias/exigencias de nuestro sector/actividad y de otros sectores.
→Tener momentos de reflexión sincera con uno mismo (autoconocimiento), para ir redirigiendo la ruta de nuestra trayectoria laboral y tomar las decisiones que consideremos, a veces es parar otras veces avanzar u otras es cambiar.
→Moverse y hacer cosas: estar actualizado a través de la formación, el aprendizaje autónomo, voluntariado, etc.
→Actitud más que positiva a mi me gusta proactiva, como en los ejemplos anteriores: INICIATIVA; ADAPTABILIDAD; VALENTÍA (asunción de riesgos); VALORACIÓN POSITIVA DE UNO MISMO (autoestima); SERENIDAD PARA ACTUAR (esto precisamente es algo que la edad proporciona); PERSISTENCIA a pesar de las dificultades que nos vamos encontrando sean del entorno, por parte de otros o por nuestra parte; POTENCIAR LO QUE TENGAMOS COMO FUERTE, sea una cuestión técnica, personal, de recursos, nuestros intereses o gustos personales…
→Relacionarnos y saber mostrar nuestra capacidad hacia los otros, poniendo en marcha habilidades de comunicación y transmitiendo confianza, credibilidad, coherencia, sinceridad.
El que consigamos el trabajo no depende el 100% de nosotros. El hacer lo posible para conseguirlo, si es cosa nuestra.
Aquí me podéis escuchar hablando de este tema en el el programa Àgora de RadioAlcoy-Cadena Ser
