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RELACIONES DE AMISTAD EN EL TRABAJO

La importancia que se le da a las buenas relaciones en el trabajo, y que lleguen a considerarse de amistad, no es algo reciente. En las primeras épocas en las que se consideraba el trabajo como actividad para ganarse la vida, se tenía a personas trabajando en las empresas o compañeros/as de trabajo, con los que la relación personal duraba para toda la vida.

Con la industrialización y automatización cambia la manera de producir y organizarse en las empresas, fomentando que cada persona se centrara en producir, dejando las relaciones de amistad fuera del rol  de trabajador/a; se empieza a decir eso de que “al trabajo no se va a hacer amigos sino a trabajar”.

En la Sociedad Postindustrial, (que se hace más evidente sobre los años 80-90 del s.XX), se habla de «sociedad del conocimiento» en la que toma mayor relevancia la aportación que cada persona hacemos en nuestro trabajo, la coordinación de tareas para ser eficientes, la necesidad de comunicación para conseguir resultados, etc. fórmulas de organización y gestión de las personas en las que marca una nueva forma de relación con los/as compañeros/as.

La amistad en el trabajo surge en este tipo de situaciones de relación y comunicación. Adam Grant, psicólogo organizacional en Wharton University of Pennsylvania dice:  «las amistades que surgen del trabajo son muy valiosas ya que surgen tras haber compartido situaciones en las que verdaderamente se conocen a las personas».

Las amistades surgen porque el trabajar juntas nos permite conocernos y compartir experiencias de nuestro día a día. El lugar de trabajo proporciona un posible «lugar de encuentro» para que se desarrollen amistades. Pasamos muchas horas juntos a lo largo de la vida; se estima que hasta más de 90.000 horas a lo largo de la vida la pasamos junto a otras personas en el trabajo (Pryce-Jones, 2010 ), y que cuanto mejor estemos en él, más beneficios nos dará para nosotros/as y para la empresa. La “confianza en el contacto” (RN Turner & Cameron, 2016 ) basada en las similitudes (por ejempolo en actitudes) combinadas con «oportunidades de contacto» (por ejemplo el trabajar connpersonas de diferentes edades), promueven el desarrollo de amistades.

Existe un concepto muy interesante respecto a las amistades, y en definitiva a todas las relaciones cercanas (amistad, parejas, etc.), y es la TEORÍA DE LA AUTOEXPANSIÓN (Aron et al., 2013, pag. 90). De manera resumida diríamos que se trata de que las personas buscan mejorar su eficacia para conseguir resultados, y una forma de hacerlo es a través de las relaciones cercanas con otras personas. Nos ayudan a ser más capaces, podemos ver otras perspectivas con las que aprender y poder reconocerse como persona (identidad). Cuando las personas se acercan, el yo y el otro se perciben como «uno» (es decir, identidades fusionadas), en lugar de seres separados.

En la actualidad se siguen realizando diferentes investigaciones que van encaminadas a validar que las amistades en el trabajo favorecen la comunicación y ayudan a entender el comportamiento y forma de ser de nuestros compañeros. Nos permite estar más relajados/as, incentivando el nacimiento de ideas y mayor motivación al poder compartirlas en grupo. Todo ello favorece una mayor implicación y productividad. También se estudia cómo afecta las relaciones de amistad en el trabajo entre personas de diferentes edades, y que si esto sucede, puede funcionar como «pegamento social» en las organizaciones, incluso que haya menor rotación de personal. (Ulrike Fasbender y Lisbeth Drury ; catherine elliott o’dare, virpi timonen y  catherine conlon; Jessica R. Methot, Jeffery A. Lepine, Nathan P. Podsakoff, Jessica Siegel Christian)

En este enfoque del bienestar como factor motivador y facilitador se consideran las buenas relaciones entre las personas como un pilar para que haya una cooperación y compromiso con el proyecto y con el resto del personal.

Pero también hay una parte menos atractiva y es que en ocasiones se produce el llamado CONFLICTO DE INTERROGACIÓN. Se trata de la situación en la que se confunde o se cuestiona cuál es el papel que tenemos con nuestro compañero/a de trabajo ¿De amigo/a o de compañero/a? ¿De amigo/a o de responsable de…? ¿De amigo/a o bajo mando de…? Se puede dar un conflicto entre lo que supone que requiere cada rol (Kahn et al., 1964 ).  Surgen ahí muchas tensiones tensiones entre las diferentes demandas de roles relacionadas con ser un empleado (rol instrumental, normas, restricciones) y ser un amigo (rol socioemocional, voluntario, informal) que hace que los empleados se sientan agotados en el trabajo (Fasbender, et al., 2020a ; Methot et al., 2016). Pillemer y Rothbard, 2018

Sobre estas ideas expuestas, suregn las propuestas a continuación que nos sirvan para orientarnos hacia prácticas que favorezcan las relaciones efectivas en el entorno laboral:

  • Para protegerse contra los conflictos de interrogación: Gestionar los límites de los roles que cada persona asume en el trabajo.
  • Para crear un clima de buenas relaciones y amistad:
    • Ofrecer oportunidades para que surjan amistades (y entre grupos), por ejemplo trabajos en pares o en grupos.
    • Ofrecer canales de comunicación: medios, espacios y momentos para la relación.
  • Para tener una actitud personal abierta hacia las relaciones en el trabajo.
    • Interesarse por la vida personal de los demás sin ánimo de «cotillear», sino para conocer sus circunstancias personales. Compartir información de nuestra vida con ellos.
    • No guiarse por las etiquetas: intentar conocer a la gente por la propia experiencia e intentar no dejarse llevar por los prejuicios.

Con esta información ya tenemos una base con la que fomentar las conexiones entre empleados y las empleadas para generar amistades que ayudará a incrementar la satisfacción, la productividad y la motivación.

Fuentes de información donde seguir indagando:

Aquí podéis escucharme hablando de ello en el programa SER EMPRENDEDOR en Radio Alcoy-Cadena Ser