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Emociones y trabajo

Tanto en la búsqueda como en el desempeño de nuestro trabajo, se nos presentan situaciones difíciles que nos ponen en “alerta” personal,  ya que se requiere de nosotros un saber resolver de manera efectiva. La alerta aparece en forma de estado mental alterado, en el que las emociones nos afectan queramos o no,, en tres aspectos:

>En nuestras acciones, lo que hacemos, por ejemplo, si algo no consideramos justo en una entrevista de trabajo, nos enfada y podemos contestar de manera agresiva.

>En la interpretación que hacemos sobre lo que ocurre, por ejemplo, si no nos gusta una persona y sentimos rechazo por ella, no consideraremos de valor aquello que nos dice y puede ser que estemos cerrando oportunidades de trabajo.

>En la atención de la información, por ejemplo, si estamos tristes o con desánimo, no nos llamarán la atención algunas ofertas de trabajo si hay que hacer un desplazamiento.

Estos ejemplos hacen referencia a emociones que causan insatisfacción o malestar, aunque lo mismo ocurriría con las emociones satisfactorias. Por ejemplo, si estamos satisfechos de lo que hemos conseguido hasta ahora, lo sabremos transmitir a nuestros contactos e impactará en mayor medida para que se acuerden de nosotros si se enteran de algún trabajo. Cuando estamos alegres, tenemos mayor predisposición hacia la acción.

square-emoticonsNuestras emociones fluyen todo el día al igual que nuestros pensamientos, aunque las emociones al dinamizarse de forma más inconscientes, parece que no están.

Las emociones que son favorecedoras nos producen cambios neuroquímicos y se segregan hormonas como al Serotonina favorecedora de estado de tranquilidad necesaria y sensación de control; en las emociones desfavorecedoras o que nos bloquean, segregamos Cortisol (hormona del estrés), surgiendo además síntomas fisiológicos: sudor, temblores, dolores de estómago o de cabeza, etc.

Las personas tenemos capacidad para darnos cuenta de las emociones y darle un uso apropiado, ya que forman parte de los seres humanos y por tanto son útiles, nos dan información muy aprtovechable. Tener madurez emocional significa entender este funcionamiento y mediar entre el sistema involuntario emocional y el voluntario racional. Tener inteligencia emocional es uno de los aspectos valorados en las empresas actualmente, ya que es esencial para la adaptación, la creatividad, para las relaciones, en definitiva un desempeño óptimo y saludable.

 ¿Cómo podemos mejorar esta inteligencia emocional y manejarse con las emociones que surge en diferentes situaciones en el trabajo?

Una pequeña actividad sería:

1º ACEPTAR LA EMOCIÓN INCONDICIONALMENTE, TAL Y COMO APARECE. .

Por ejemplo, si no me aceptan alguna propuesta que he presentado o no me contestan una correo importante. Emociones que pueden aparecer: enfado/rabia, tristeza, culpabilidad o vergüenza.

*Nos damos cuenta, aceptamos que forma parte de nosotros. La idenmtificamos, le ponemos un nombre.

2º ¿QUÉ ME ESTÁ DICIENDO LA EMOCIÓN?

En el ejemplo: me enfado porque pienso que la podrían haber contemplado mejor o que me tendrían que haber contestado, por lo menos y que puede ser que ya no tenga la oportunidad. Me dice que el trabajo es importante para mí, y que lo valoren los demás, también.

*Racionalizamos mi reacción y aprendemos de ello.

3º CON LO QUE AHORA YA SÉ DE MI REACCIÓN EMOCIONAL ¿QUÉ VOY A HACER DE MANERA DIFERENTE?

Ejemplo: Si para mi es importante y quiero que lo valoren, voy a cambiar algunas cosas y lo volveré a intentar.

*Actuamos de manera inmediata con una gestión más eficaz o nos sirve para una próxima vez.

 Mi propuesta es hacernos aliados de nuestras emociones, para aprender y hacer mejor nuestro día a día.

Comparto este vídeo muy gráfico que muestra la relación que tienen el cómo nos sentimos y lo que hacemos para conformar nuestra actitud ante las situaciones.

 

Aquí me podéis escuchar hablando de este tema en el el programa Àgora de RadioAlcoy-Cadena Ser

 

 

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