Una persona me comentó en una consulta que se encontraba confusa, que no sabía qué paso dar, ya que tenía la sensación de haber ido tomando malas decisiones en su vida profesional. Después de analizar una poco más, se dio cuenta de que sus decisiones habían estado fundadas por lo que en cada momento fue conveniente para ella, y era la situación de incertidumbre actual que estaba viviendo la que le hacía tener una visión más negativa cuando, en realidad, si que estaba siguiendo una linea bastante definida. Todas las decisiones de la vida nos crean incomodidad, ya que tenemos que arriesgar,de la misma forma ocurre en nuestras deciosiones vocacionales o profesionales.
El significado de la palabra decidir viene del latín decidere ‘cortar separando, dejar opciones para quedarse con una elección. Hoy en día hay muchas opciones para nuestro futuro profesional, aunque sabemos que no todas son posibles o alcanzables, ni tampoco queridas, pero están ahí. Siempre que determinamos una resolución, vamos a abandonar otras, y este dejar es lo que nos crea la presión en la decisión: no es lo que elegimos, sino lo que dejamos.
Jonh Stuart Mill (filósofo, político y economista inglés del s.XIX) nos hace unas aportaciones importantes sobre este tema: No sabemos dónde se encuentra la verdad o la felicidad. La vida implica riesgos y no hay otra alternativa. Todas las soluciones deben ser aproximativas y provisionales. Tomamos decisiones basadas en la probabilidad, basadas en el entendimiento y con el riesgo constante del error.
Así que, para tomar decisiones profesionales, vamos a tener en cuenta que: no vamos a conseguir una certeza absoluta y que tomar decisiones supone un riesgo ya que siempre va a haber una probalilidad de error. Así que podemos rebajar nuestro nivel de presión ante la búsqueda de la respuesta perfecta.
¿Qué podemos hacer entonces? Vamos a tomar decisiones de manera que haya una máxima probabilidad de resolver de manera efectiva, sabiendo que hay cantidad de factores de tipo personal, social y del entorno que afectarán. Para ello vamos a considerar unos actos que intervienen en la toma de decisiones, que sirven como «pistas» para que cada persona lo pueda adaptar y dar sentido según su caso:
LA IMPORTANCIA DE LA INFORMACIÓN. Si decidimos es porque hay opciones, estudiaremos estas a través de la observación y la recogida de información.
- Tenemos que tener información sobre nuestros posibles objetivos: cómo es el trabajo, estudios, las salidas laborales, tendencias de futuro, etc. Esta información siempre va a estar limitada en el tiempo y en el espacio. No nos quedaremos en la parálisis del análisis.
- Ampliar opciones. Atrevernos a plantear opciones que luego ya descartaremos si hace falta, no limitarnos ya de entrada. La creatividad juega un gran papel, pero es esta es entrenable.
- Con la información que tenemos, imaginamos el futuro para contrastar si es lo que queremos o no. El cerebro hará sus propias conexiones y nos aportará sensaciones que nos ayudarán a percibir si es lo que realmente queremos.
EL MOMENTO DE LA DECISIÓN. Antes o después hay que resolver y ahí intervienen nuestras actitudes: determinación, valentía, asumir responsabilidad; y nuestras emociones: miedo y enfado. Es un momento muy personal.
- La equivocación forma parte del juego, no podemos controlarlo todo y la misma presión de controlar es la que nos agobia. Mejor utilizar el modelo de “no perder” en el que, elijas el camino que elijas, siempre va a haber oportunidades para seguir adelante; es esta actitud la que nos ayudará a ello, nos ayuda a aprender.
- Criterios que nos ayudan al discernimiento y que da perspectiva para validar la hipótesis:
- ¿Qué es lo importante de esta decisión? Nos va a dar visión a largo plazo, una base sólida, da sentido. Se conecta con la parte esencial de la persona.
- ¿Qué es lo que prefiero? Nos va a dar un orden, unas prioridades. Se conecta con la parte más emocional placentera.
- ¿Qué es bueno para mí, para nosotros, para el entorno? Nos da una validación ecológica comparando lo que hay con lo que espero que pase, da sensación de utilidad, de prever las consecuencias . Se conecta con la parte más racional
DESPUÉS DE LA DECISIÓN. A por ella!
- Concentrarse en la acción, en las tareas del día a día para seguir adelante con la decisón.
- Mantener la opción para dar tiempo a que evolucione, manteniendo la serenidad y el autodominio.
- Corregir cuando hayan indicios de error en la elección, siempre se obtiene aprendizaje y quizás más adelante nos demos cuenta para qué nos sirvió.
Espero que te sirva
Vale la pena equivocarse por uno mismo, que resentirse por las decisiones de otros.
Aquí me podéis escuchar hablando de este tema en el el programa Àgora de RadioAlcoy-Cadena Ser