ENFOCANDO NUESTRO FUTURO PROFESIONAL

Muchas veces la «orientación vocacional» consiste en contemplar todos los estudios que hay en el mercado y elegir lo que cuadre más con nuestra expectativa, o con lo que tiene más o menos salida en el mercado laboral. El planteamiento que yo hago es: no se eligen estudios, se eligen actividades profesionales; y por supuesto, la decisión es responsabilidad de la persona interesada (no de los padres o del entorno laboral).
La orientación vocacional no es sólo tener información, sino es ir encajando todos los aspectos personales y del entorno, de manera que se puedan ir tomando decisiones hacia el futuro.
En la sociedad actual la información es cambiante, situación laboral es muy variable y la decisiones ya no son para toda la vida. Para tomar decisiones laborales se necesita un tiempo para recopilar la información, probar, cambiar, contratas…y algunas personas encuentran su vocación ya en edad adulta.

Sea cual sea el momento para tomar decisiones laborales, simpre nos va a favorecer el estar informados de nuestro entorno profesional, abiertos a nuevas propuestas y mantener una flexibilidfad suficiente para aceptar los cambios que se van produciendo.

Voy a proponer unas cuestiones que pueden ayudar a la persona a tomar decisiones hacia su futuro profesional:

→ Nos situamos en el momento futuro: ¿en qué me imagino trabajando en un futuro? Dentro de 8-10 años.

→ ¿Qué sé actualmente de esa actividad? Qué hacen las personas que desarrollan esa actividad, cómo lo hacen y qué han hecho para conseguir desempeñar esa actividad (estudios, estancias en extranjero, etc.). Hay que tener cuidado con los mitos: el ser futbolista, ser cocinero, ser abogado, ser forense o ser investigador de policía.

→ ¿Cómo podría conseguir más información? ¿Dónde está esa información? Nos introducimos en el entorno profesional concreto, nos introducimos en ese «mundo».

→ ¿Cómo será el futuro en esta actividad dentro de 10 años, qué tendencia sigue esta actividad? (a escala local, de comunidad, de país, de Europa y mundial, para tener una expectativa profesional en sentido amplio). Seguramente dentro de 10 años habrá trabajos que ahora no sabemos cuáles son ni cómo serán. Así que, mejor decidir sobre un tipo de actividad o sector, más que por puestos de trabajo conforme están definidos actualmente.

→ ¿Se ajustan las capacidades/cualidades/talentos personales implicadas en esa actividad con las mías? ¿Puedo desarrollar aquí mis competencias fuertes (capacidad de comunicación, capacidad artística o física, análisis, ayuda a los demás, interés por la naturaleza…)?

→ Ahora podría tomar una decisión manteniendo una medida equilibrada entre la información del mercado (actual-futura) y la con el interés-capacidades personales. Nos podemos apoyar tanto en información que nos llega de la reflexión más racional, como de la información más emocional o intuitiva.

→ ¿Cuál es el primer paso hacia mi futuro profesional? Los itinerarios no son lineales en nuestra vida profesional, sino que habrá momentos de estudios, de trabajo, de estar en desempleo, estancias en el extranjero, de continuar la formación, de trabajo por cuenta ajena y autónoma…

Y unos breves consejos para padres/madres (yo incluída)

Hay que tener cuidado de no volcar nuestras expectativas en ellos/as: yo siempre he querido ser…y no pude, o trabajos que consideramos de prestigio o que ganan mucho dinero, o que nos gusten mucho a nosotros. Hay muchos jóvenes que eligen dirigirse a una actividad por la presión de los padres.

Está muy bien que los padres/familiares cuenten su historia de cómo eligieron, o de cómo están desempeñando su trabajo, y no nos preocupemos de si no fue acertada la elección porque de una forma o de la otra, podrán aprender sobre lo que supone afrontar el mundo laboral.

Según Angel Gabilondo (catedrático de filosofía en la universidad autónoma de Madrid):