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SEGUIR ADELANTE EN LA EMPRESA Y COMO PROFESIONALES ANTE EL ENTORNO INCIERTO

Desde hace unos años se refiere como entorno VUCA por la volatilidad, la incertidumbre, la complejidad y la ambigüedad que lo caracteriza. Este concepto se empezó a utilizar en la década de los 90 por los soldados norteamericanos, pero fue la crisis económica del 2008 cuando más se comenzó a hablar sobre el término y enfocado al ámbito empresarial.

Pensando en la última década que hemos vivido, y ahora potenciada por la aparición de la COVID-19, comprobamos que nos estamos moviendo en un entorno hostil, en el cual las empresas deben hacer una esfuerzo de gestión para no verse perjudicadas por los constantes cambios que siguen apareciendo más allá de los avances tecnológicos. La  consecuencia de ello la entiendo yo como un desbarajuste en la planificación empresarial (y personal), haciendo que las organizaciones se vean obligadas a adaptarse a los continuos cambios que «atacan» su programación estratégica y sus rutinas profesionales. Lo mismo podemos pensar en las personas emprendedoras y el resto de los profesionales en general.

En definitiva, con todos estos desafíos se presenta en las organizaciones y las personas una necesidad de adaptación rápida y eficiente a entornos cada vez más dinámicos y exigentes.

¿Y cómo podemos actuar y seguir adelante en este entorno incierto?

Presento dos actuaciones que surgen dentro del ámbito del aprendizaje organizacional, buscando comprender cómo adaptarse para un mayor desempeño en el trabajo (James Gardner March -1991). Son dos enfoques que nos pueden servir de guía como manera de afrontar la incertidumbre y buscar la innovación en la empresa, como profesionales y como personas

Son la EXPLOTACIÓN Y LA EXPLORACIÓN. ¿A qué nos referimos con ello?

La explotación se refiere más a:

  • Actuar aprovechando los recursos que ya se tienen para desarrollar productos o formas de hacer novedosas. Por ejemplo, vamos a buscar ser más eficientes en nuestra forma de producir o de vender. Es darse cuenta del conocimiento que se dispone en la empresa y sacarle máximo partido.
  • Se requiere de un mínimo de certeza y es lo que hace que el negocio vaya funcionando en un corto plazo.
  • Se ponen en práctica las competencias operativas o de ejecución, como capacidad de análisis, disciplina, estandarizar, planificar o generar rutinas.
  • La estrategia que mejor funciona es la división por funciones: que cada persona sabe de su área y está limitada a esas funciones.
  • Implica a la tecnología, para generar esa innovación en productos y/o servicios

La exploración se refiere más a:

  • Actuar probando nuevas formas de realizar las cosas. Por ejemplo, vamos a abrir un canal de venta online, o voy a plantear una opción B para mi proyecto profesional. Aquí nos movemos en un contexto de incertidumbre y ser conscientes de que hay muchas cosas que no sabemos y no dominamos.
  • La vista está puesta en el medio plazo y como factor de crecimiento.
  • Se ponen en práctica las competencias de observación, flexibilidad, gestionar la propia ignorancia, asunción de riesgos, descubrir o crear nueva ventaja competitiva.
  • La estrategia que mejor funciona es sobre equipos multifuncionales. Las personas son expertas en un área, pero tienen conocimientos generalistas en otras áreas; con ello hace posibles visiones más interconectadas.
  • Implica la actividad científica, en el sentido de que la investigación es fundamental para producir conocimiento y resultados diferentes.

Las empresas (y las personas) que quieren hacer fente a la incertidumbre del futuro de su negocio, deben elegir qué estrategia seguir o hacerlas llevar a la vez de manera armoniosa.

En la actualidad algunas empresas han optado por la exploración y están mejorando sus posibilidades con una mejora de lo que ya estaban haciendo antes de la pandemia. Otras han optado por explorar o se han visto obligadas a hacerlo,  ya que su sistema anterior está en desaparición. Es lo que se está llamando el reinventarse.

De todas formas, estas dos estrategias no son excluyentes, sino que le decide sobre explotar o explorar según la disponibilidad de los recursos u otros aspectos ambientales. Así podemos decantarnos en unos momentos por buscar certidumbres (por ejemplo, cuando tienes hijos y buscas un trabajo para dar respuesta a la necesidad de pagos fijos), y otros en los que ves la posibilidad de explorar nuevas opciones laborales (por ejemplo, si tienes la hipoteca pagada y puedes invertir parte de tus ahorros en un emprendimiento).

Una alternativa es hacer explotación y exploración como estrategia simultánea o una seguida de la otra. En este caso se habla de estas actuaciones dentro de un estilo de liderazgo llamado en algunos entornos empresariales como “Liderazgo ambidiestro” (Ambidextría Organizacional)

En definitiva, todo lo que he expuesto nos llev al típico dilema de atención, ¿hacia dónde nos enfocamos: a mantener y mejorar lo que tengo, o abrir otras opciones?

Es difícil la toma de decisiones, y que corre el peligro de que las empresas caigan en una cierta miopía temporal (Levinthal y March, 1993) no dejando ver correctamente la realidad, y centrándose en una explotación dejando totalmente la exploración. La consecuencia de ello es generar una ventaja competitiva en el corto plazo, pero produciendo una pérdida de potencial de capacidad adaptativa en el largo plazo.

Artículo recomendado: «5 diferencias entre explotar el negocio y explorar nuevas posibilidades» Xavier Camps Coma.

Aquí podéis escucharme hablando de ello en el programa SER EMPRENDEDOR en Radio Alcoy-Cadena Ser


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